Vuelvo a escribir en el blog en cumplimiento de una promesa. Es por ello que trate de una película que se estrenó hace 6 meses. Pero como voy hablar también del libro en el que se basa la película, este hecho le da cierta vigencia al tema de esta entrada del blog.
Seguiré en orden cronológico en que se realizó la historia: primero el libro, y después la película.
El Libro
La película El Hobbit está basado en la novela homónima publicada en 1938 y procedente de la imaginación del escritor J.R.R Tolkien. En ella recogía una serie de narraciones concatenadas que solía contar a sus hijos antes de acostarse.
La temática era las aventuras del joven hobbit Bilbo Bolsón, habitante de La Comarca, en la Tierra Media, que se une a una compañía de enanos para recuperar el reino de la Montaña Solitaria, arrebatado a éstos por el ataque de un pérfido dragón.
Tolkien era un excelente linguista especializado en las lenguas de los antiguos invasores de Gran Bretaña tras la caída del Imperio Romano, los anglos y sajones. De hecho, su cátedra en Cambridge versaba precisamente sobre la enseñanza del anglosajón.
Pero este hombre tan culto e inteligente tenía un entretenimiento: la invención de lenguas. Desde que era joven, se dedicaba a crear lenguas según ideales estéticos. Para Tolkien, la lengua debía reflejar la cultura y la forma de vida de los pueblos que lo hablase. Por ello diseñó la lengua élfica con sonidos eufónicos y una estructura gramatical clara, mientras que la lengua de los orcos era de sonidos duros, guturales, con una gramática simple.
Es para enmarcar estas lenguas en un mundo verosímil por la que empezó a escribir sus célebres narraciones sobre la Tierra Media. La primera de ellas fue La Caída de Gondolin en 1915, mientras yacía en las trincheras de Flandes en la 1º Guerra Mundial, y nunca dejó de escribir relatos acerca de ese mundo imaginario en donde los elfos se podian saludar diciendo; Una estrella que ilumina en lugar de nuestro encuentro.
El Hobbit es, pues, uno más de los relatos de este enorme ciclo mitológico alrededor de la Tierra Media. Y no es casual el aire de mito que tiene la obra. Otra de las razones que Tolkien esgrimía para la escritura de su saga era su intención de dar al pueblo inglés un relato mitológico, similar a las leyendas de los Nibelungos que posee el pueblo alemán.
Estas criaturas, los hobbits, tan importantes en sus dos más afamadas obras, surgieron del hastío de Tolkien ante la corrección de exámenes. Harto de leer las respuestas de sus alumnos, escribió en uno de los exámenes: En su agujero en el suelo, estaba un hobbit. Y se preguntó: ¿qué es un hobbit?. Y empezó a crear relatos para dar personalidad a estas criaturas.
He de decir que yo leí el libro siendo ya adulto, justo después de releer Señor de los Anillos, tras ver las películas que se hicieran desde el año 2001 hasta el año 2003.
Ésta es una lectura más infantil aunque eso no reduce su interés. Siempre se dice que un buen libro infantil tiene que gustar también a los adultos, y la verdad es que El Hobbit es una narración muy entretenida, con un tono muy semejante al de los cuentos tradicionales.
No es sólo una primera parte de El Señor de los Anillos. Es un relato completamente independiente. De hecho, el tono narrativo de El Señor de los Anillos es completamente distinto al de El Hobbit. La trilogía posee un lenguaje más adulto, más solemne, consciente de su grandeza. El Hobbit da la impresión de ser un relato de mero entretenimiento, sin dejar de lado la calidad literaria.
La película
Bueno, ahora toca hablar de la película.
En primer lugar, los productores han decidido dividir el libro en tres películas. Esto provoca el primer gran problema del film. Y es que es que El Hobbit apenas tiene trescientas páginas, por lo que tocaría a unas cien páginas por libro. Por esta falta obvia de material literario original, los guionistas han tenido que recurrir e incluir una gran cantidad de historias paralelas, procedentes de apéndices y anexos del ciclo de La Tierra Media.
Pero lo peor es se pasan en ese afán de rellenar huecos, quedando una película innecesariamente larga, a la que le sobran minutos por todas partes. Este es una defecto del que ya hizo gala Peter Jackson en la última película de la trilogía de El Señor de los Anillos: El Retorno del Rey, en donde el final se alarga de manera torpe y pesada. Hasta esta característica fue recalcada en una frase hecha: "Esto tiene más finales que El Señor de los Anillos"
Y a continuación cito las partes positivas. Si ya la trilogía de El Señor de los Anillos tenía una dirección artística realmente espectacular, la de El Hobbit es simplemente soberbia, debido a los avances en el modelado de materiales, la tecnología del maquillaje y el retoque fotográfico se han podido cuidar una gran cantidad de aspectos que antes sólo estaba esbozado en las películas anteriores. Por poner un ejemplo, el interior de la cueva de Bilbo Bolsón tiene un cuidado realmente exquisito, además de otros tipos de detalles incluidos en las escenas de Rivendel o Moria.
El plantel de actores hace un trabajo más que correcto, a destacar el actor Martin Freeman, que encarna a Bilbo Bolson, y que conozco por la fantástica serie Sherlock(por cierto, de la que se está rodando la tercera temporada). Peter Jackson da mucho ritmo a ciertas escenas. Destaco el rescate de Moria por parte de Gandalf de los enanos.
Aún así, la película adolece de problemas de ritmo y no logra deshacerse del tono infantil de el libro original. Esto se nota especialmente en los episodios del encuentro con los Ogros y la historia del mago marrón.
A pesar de todo, es una película entretenida y que gusta enormemente a mí a los niños. Mis sobrinos de 7 años aguantaron sin chistar durante las dos y horas y media de la película, y salieron entusiasmados. Yo saldré entusiamado de la próxima película si Jackson hace un mayor uso de la mesa de montaje y reduce los metrajes en tres cuartos de hora.
En primer lugar, los productores han decidido dividir el libro en tres películas. Esto provoca el primer gran problema del film. Y es que es que El Hobbit apenas tiene trescientas páginas, por lo que tocaría a unas cien páginas por libro. Por esta falta obvia de material literario original, los guionistas han tenido que recurrir e incluir una gran cantidad de historias paralelas, procedentes de apéndices y anexos del ciclo de La Tierra Media.
Pero lo peor es se pasan en ese afán de rellenar huecos, quedando una película innecesariamente larga, a la que le sobran minutos por todas partes. Este es una defecto del que ya hizo gala Peter Jackson en la última película de la trilogía de El Señor de los Anillos: El Retorno del Rey, en donde el final se alarga de manera torpe y pesada. Hasta esta característica fue recalcada en una frase hecha: "Esto tiene más finales que El Señor de los Anillos"
Y a continuación cito las partes positivas. Si ya la trilogía de El Señor de los Anillos tenía una dirección artística realmente espectacular, la de El Hobbit es simplemente soberbia, debido a los avances en el modelado de materiales, la tecnología del maquillaje y el retoque fotográfico se han podido cuidar una gran cantidad de aspectos que antes sólo estaba esbozado en las películas anteriores. Por poner un ejemplo, el interior de la cueva de Bilbo Bolsón tiene un cuidado realmente exquisito, además de otros tipos de detalles incluidos en las escenas de Rivendel o Moria.
El plantel de actores hace un trabajo más que correcto, a destacar el actor Martin Freeman, que encarna a Bilbo Bolson, y que conozco por la fantástica serie Sherlock(por cierto, de la que se está rodando la tercera temporada). Peter Jackson da mucho ritmo a ciertas escenas. Destaco el rescate de Moria por parte de Gandalf de los enanos.
Aún así, la película adolece de problemas de ritmo y no logra deshacerse del tono infantil de el libro original. Esto se nota especialmente en los episodios del encuentro con los Ogros y la historia del mago marrón.
A pesar de todo, es una película entretenida y que gusta enormemente a mí a los niños. Mis sobrinos de 7 años aguantaron sin chistar durante las dos y horas y media de la película, y salieron entusiasmados. Yo saldré entusiamado de la próxima película si Jackson hace un mayor uso de la mesa de montaje y reduce los metrajes en tres cuartos de hora.