Tras más de un mes sin publicar nada, he de pedir disculpas a todos mis lectores. Pero supongo que es natural que en agosto, el mes rey de las vacaciones, la publicación en los blogs disminuya vertiginosamente. En mi caso no ha sido la abundancia de asueto lo que ha relegado mi tarea escritora, sino algo peor: la combinación de trabajo y atender a los compromisos sociales de tus amigos y familiares que están de vacaciones. Porque a las obligaciones laborales de los que trabajamos en esta época se suma el asistir a diversos eventos recreativos que organizan las personas que sí las disfrutan(cenas, excursiones, conciertos, baños en playa o piscina,..). Total, entre una cosa y otra, el tiempo se esfuma, y mi blog sin crecer en entradas.
Pero espero compensar esto durante la próxima semana.
Y para empezar, un libro que he podido disfrutar estas vacaciones: La Química Secreta de los Encuentros de Marc Levy.
Para aquellos que me leen desde hace tiempo, recordarán mis entradas dedicadas a este escritor y sus libros, así que, como es obvio, no se sorprenderán de esta lectura, sino más bien que haya tardado tanto en leerla.
Bien, como siempre que escribo sobre un libro, una breve sipnosis:
Londres, 1950. Alice es creadora de perfumes, y vive una vida
tranquila entre su trabajo, que le apasiona, y su grupo de amigos. Pero
la víspera de navidad su vida cambia para siempre. Alice y sus amigos
deciden ir a pasar el día a la feria de Brighton. Allí, una vidente le
predice un misterioso futuro… Nunca ha creído en estas cosas pero esta
vez no puede borrar las palabras de la vidente de su mente y empieza a
tener pesadillas por las noches, unas pesadillas que parecen tan reales
como incomprensibles. Su excéntrico, cascarrabias y divertido vecino, Mr Daldry, la convence para que se tome en serio la predicción y
emprenda un viaje para encontrar a las seis personas que la llevarán
hasta su destino, un viaje de Londres a Estambul que realizarán juntos… y
que les transformará como nunca habían imaginado.
En primer lugar, quiero felicitar efusivamente a los editores españoles del libro al cambiar el desafortunado título original, L'étrange Voyage de Monsieur Daldry, por el mucho mejor título en español, más evocador y más acorde con el argumento.
Leer un nuevo libro de un autor que te gusta es similar a reencontrarse con un amigo que hace tiempo que no ves. Poco a poco, conforme van pasando las páginas, vas reconociendo las pautas, las características que ya se te han hecho familiares, y además tienes el placer de descubrir que ha cambiado en el estilo del autor y las novedades que te puede introducir. Que el resultado sea mejor o peor ya depende de otros factores.
Antes de empezar a hablar del libro en más detalle, doy mi opinión general: está bien. No es tan logrado como otros de sus titulos como Las cosas que no nos dijimos o Los hijos de la libertad, pero no es comparable a sus peores novelas(que aún así son de merecida lectura)
Como casi siempre, Levy inicia su historia con un giro fantástico que influye de forma notable en sus protagonistas, en este caso, la predicción de la vidente. Otra de las características de las novelas de Marc Levy es que sus personajes son urbanos, y de profesiones liberales.
A partir de aquí, el autor vuelve a tratar sus grandes temas: el amor y la amistad. La protagonista está poderosamente ligada a su grupo de amigos, y el eje de la novela es la amistad que poco a poco surge entre Alice y Mr Daldry. Aparte, las relaciones que va estableciendo ella a lo largo de la novela es el motor de la trama.
Por supuesto, hay una historia de amor, pero no desvelaré aquí nada de su desarrollo y conclusión.
En donde es soberbia la novela es en la descripción de Estambul. Ya lo mencioné a propósito de sus libros Ojala fuera cierto y Volver a verte: Levy tiene un talento especial para la caracterización de ambientes, pero aquí demuestra una capacidad evocadora sin parangón. Me recuerda a su maravillosa narración de la caída del muro de Berlín en Las cosas que no nos dijimos.
Estambul, Bizancio, Constatinopla, siempre la he considerado una ciudad fascinante, pero esta novela me ha hecho querer visitarla a la primera oportunidad. El retrato que hace Levy del Gran Bazar, el Bósforo, los barrios, etc, transmiten una sensualidad y exotismo que cala en el alma.
Otro acierto del escritor es retomar un estilo narrativo que se le da particularmente bien: el epistolar. Le funcionó a las mil maravillas en una de mis novelas favoritas de él: La mirada de una mujer, y también estableció un hito gracias a una carta estremecedora en su romanticismo en el final de Siete días para una eternidad.
Es una novela que mejora con el transcurso de los capítulos. La primera parte, hasta que se inicia el viaje a Estambul, es bastante cansino, y a la trama le cuesta arrancar, siendo su mejor parte sin duda su segunda mitad.
Pero, como ya he dicho al principio, la novela adolece de algunos defectos que significan una merma en el resultado final del relato.
En primer lugar, la edad de la protagonista. Cuando empieza la narración, por su estilo de vida, calculas que la edad de Alice rondará la veintena, pero resulta que tiene ¡cuarenta años!. En la actualidad, la mayoría de las mujeres de esa edad ya tiene una vida muy hecha y asentada, y no se pone a tomar decisiones tan impulsivas como las relatadas en el libro. Si esto es cierto ahora, aún más en los años cincuenta, época en la que se sitúa la novela. Muy posiblemente, Alice sería calificada despectivamente de solterona, o cosas peores.
Otro punto de la narración que chirría es que, aproximadamente a un tercio de la novela, yo ya sabía por donde iban a ir los tiros en la trama, como mínimo respecto a la historia de Alice. Lo achaco a mis conocimientos de historia, que me han proporcionado información sobre la situación de Turquía en la primera mitad del siglo XX, cosa no habitual en un lector medio. Pero sorprende que los personajes, que no son tontos, no lleguen a conclusiones similares a la mía antes de su dramática conclusión.
Y es que esto forma parte del vericueto que ha decidio recorrer Levy en este libro: es una novela tramposa. Esto quiere decir que el autor expone informaciones que asumimos constantemente como ciertas para desbaratarlas en el último momento. Esto lo podemos comprobar en su forzado giro final, que hace incomprensible e incoherente muchos de los pasajes narrados en las páginas anteriores. Sin contar que menoscaba profundamente la verosimilitud del relato.
En resumen, el último libro de Levy es un libro aseado, bien escrito, entretenido, recomendable su lectura para los que busquen un buen relato romántico y vital.