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lunes, 9 de abril de 2012

Lectores electrónicos.

Como prometí hace tiempo en una pasada entrada, hoy toca escribir sobre los dispositivos electrónicos que nos facilitan la lectura.

Hay un gran debate sobre si es mejor el papel que la pantalla, si las sensaciones que transmite un libro impreso son imposibles en un libro electrónico. Creo que es una discusión ésteril: el formato electrónico se impondrá, y el papel quedará relegado sólo a ediciones de coleccionista y para regalo. Que tampoco está mal.

La lectura en aparatos electrónicos de libros tiene enormes ventajas sobre el papel: son más limpios, fácil de transportar, adaptable a las necesidades de lectura de cada usuario(tamaño de letra, espaciado, interlineado,..), permite el acceso a referencias cruzadas en diccionarios, enciclopedias e incluso internet. Además, dependiendo del dispositivo, se pueden tomar apuntes, subrayar, comentar, etc.

Aunque todo libro o texto en formato electrónico puede ser leído en los ordenadores, ya sean portátiles o de sobremesa, los principales dispositivos dedicados a estos menesteres son los smartphones y reproductores de audio(Ipod), los libros electrónicos, y las tablets.

Smartphones y reproductores.


Todos los teléfonos inteligentes y reproductores de pantalla táctil, disponen de programas que posibilitan la lectura de archivos de texto en diferentes formatos. La gran ventaja de estos dispositivos es su reducido tamaño, lo que facilita su transporte en todo lugar, y favorece la posibilidad de llenar los tiempos muertos que surgen en la rutina diaria para la lectura(p. ej: colas en supermecados, espera del transporte público y su trayecto,..).


La principal desventaja es obvia: su reducido tamaño, puede suponer una dificultad insalvable, sobre todo en los móviles de pantalla más pequeña. Y, aunque se acostumbre a este incoveniente, hasta el libro más pequeño puede suponer el pasar muchas veces las páginas del libro.

He de decir que mi dispositivo predilecto para la lectura es mi Ipod. Las funcionalidades del programa IBooks me capacita para subrayar, comentar, buscar términos en diccionarios, y si estoy conectado a una red WI-FI, a consultar datos en la red. Además, resulta muy cómoda su lectura, una vez que has encontrado el tamaño de letra adecuado.

Libros electrónicos.

Estos dispositivos fueron pensados desde el principio para dar soporte a los archivos electrónicos de libros. Están basado en la tecnología e-ink, es decir, tinta electrónica. Está tecnología sustenta la gran ventaja de los libros electrónicos: su bajísimo consumo. Como sólo gastan energía cuando se pasa página, se pueden cargar y durar semanas sin carga.


Una gran ventaja para las personas mayores, no acostumbradas a la rutina diaria de carga de los cacharros eléctricos. 

Lo malo es que son en blanco y negro(lo cual, si sólo quieres leer libros, no es tan importante), y sus funcionalidades en los modelos más bajos pueden ser limitados(no poder subrayar, notas, etc). Además, su tamaño más considerable, los hace más difíciles de transportar.

Tablets.

Bueno, para que engañarnos, cuando se habla de tablets, me refiero en esencia al Ipad. 


El Ipad, como el Ipod, dominan con claridad sus respectivos mercados porque son un capricho. Y cuando alguien se puede permitir un capricho, pues intenta hacerse con lo mejor.

La inmensa ventaja de las tablets es, como es lógico, su tamaño. Esto pone en pie de igualdad la comodidad de leer el libro tradicional , y superarlo. Un libro no puede darte videos, fotos, juegos, interacción social, etc.

Pero este tamaño, al igual que en los libros electrónicos puede resultar un incoveniente, debido a que hay que pensárselo antes de cargar con él de un lado para otro. Y otro problema es el consumo. A pesar de que el Ipad posee una autonomía de diez horas, no tiene comparación a las semanas de un libro electrónico. 

Mi opinión personal.

Para ser sincero, y con todo mi respeto a los que prefieren el papel, una vez que te acostumbras al formato digital te cuesta trabajo, te da pereza aborda la lectura en papel. Es pesado, sucio y áspero. Yo, que siempre he sido un privilegiado que nunca ha necesitado un señalapáginas, considero fantástico el encender la pantalla y seguir exactamente por donde lo dejaste. 

Y todo ello sin haber mencionado algo en todo el texto, una ventaja insuperable por parte de la impresión tradicional: la posibilidad de llevar bibliotecas enteras en el aparato. Se acabó llevar a cuestas docenas de libros, manuales, tomos para realizar trabajos, consultas, etc.

Sí. El libro digital es mucho mejor que el tradicional. Y esta realidad se terminará imponiendo.

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