Una solución obvia para los problemas de deuda pública es el recorte sistemático del gasto público. Habrá que sacrificar puestos de funcionario, ministerios, obras públicas innecesarias(AVE a todas las provincias, ¡qué locura!), así como gastos suntuarios como coches oficiales y todo tipo de subvenciones.
Además, hay que realizar las reformas para destruir las rigideces de nuestra economía. No puede ser que en EEUU para crear una empresa se necesite un día y diez doláres y aquí se precisen 200 días y una cantidad exorbitante de dinero. Y esto y mucho más. El crecimiento económico y la creación de puestos de trabajo aumentarán los ingresos del estado mucho mejor que cualquier subida de impuestos.
Aunque parezca partidista, el primer paso para empezar a enmendar esta situación es la convocatoria inmediata de elecciones. Así, el nuevo gobierno podrá realizar las reformas y el recorte del gasto que he expuesto arriba con toda la fortaleza que otorgan las urnas.
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