La deuda pública española no es muy elevada, sobre todo comparada con otros países como Bélgica o Japón.
Pero la economía española está en estado comatoso. Con cinco millones de parados, un sistema financiero en entredicho, y una elevadísima deuda privada, destaca la prodigalidad de los políticos españoles en el gasto público, en especial en el ámbito autonómico.
En otoño de 2008, cuando se evidenció la crisis económica que había empezado en el verano de 2007, ya predije que iba a hacer el actual gobierno socialista(en esto confíen en mi palabra). Mientras asistíamos al patético espectáculo del presidente de gobierno Jose Luis Rodríguez Zapatero intentando no decir la palabra crisis, yo supe que se recurriría de forma abusiva a la emisión de deuda de forma irresponsable para afrontar la crisis, en vez de efectuar las reformas necesarias para afrontarla.
El ejecutivo socialista razonó así: tenemos un nivel bajo de deuda pública(39,5 % del PIB), emitamos deuda, conseguimos dinero para mantener subvenciones, obras públicas, y otros gastos más o menos superfluos, y así conservamos nuestra clientela política y decimos que hemos capeado la crisis de forma "social".
Y este razonamiento les parecía estupendo, ya que el anterior gobierno socialista de Felipe González había hecho esto mismo. Luego vendría una etapa de crecimiento mundial, que compensaba en parte la situación económica.
Pero lo que no había tenido en cuenta el equipo de gobierno es que el mundo y España han cambiado.
- Ya no se puede devaluar la moneda, instrumento favorito de los malos gobiernos para ajustar la economía, aunque suponga un latrocinio generalizado.
- El mundo está globalizado. Esto significa que hay más mercados en los que invertir el dinero, y que las modernas telecomunicaciones permiten dejar sin crédito a un país en 24 horas.
- Que la crisis actual era mucho más grave y profunda que todas las anteriores.
- Que los españoles han catado la prosperidad, y no se van a conformar con migajas de 400 € que tenga a bien entregar el gobierno como prebenda. Esa es otra, que el actual ejecutivo se ponga una medalla por aumentar el gasto para desembolsar el seguro de desempleo, cuando es algo que han pagado los trabajadores obligados y que es justo su reembolso. Lo que quieren los ciudadanos en el paro es trabajar.
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