Estas navidades puede escribir en el blog la opinión de sobre la primera parte de las dos en que los productores cinematográficos han decidido dividir la última novela de la celebérrima saga de fantasía basada en el mundo mágico creado por J. K. Rowling: Harry Potter y las Reliquias de la Muerte 2. Hace justo una semana estaba asistiendo al estreno de la segunda parte, que cierra estas adaptaciones al cine.
Antes de plasmar mi opinión, voy a hacer un giro nostálgico. Era el año 2001. Diciembre de 2001. Y hubo dos películas que me impresionaron. La primera, El Señor de los Anillos: La Comunidad del Anillo, que fue una experiencia impresionante, de la que debería hablar en un post; la segunda: Harry Potter y la Piedra Filosofal. Ésta no me impresionó tanto por su calidad fílmica, sino porque me abrió las puertas a las novelas de Rowling, que han sido llevadas al cine con dispar fortuna.
Aunque la serie de cintas de Harry Potter ostentan el récord de recaudación de todas las franquicias cinematrográficas (incluidas las 22 de la serie Bond), el peso artístico de cada film es, como ya he escrito, dispar. La mayoría de críticos considera la tercera Harry Potter y el Prisionero de Azkaban la mejor de todas.
Sin más preámbulos, aquí va mi opinión sobre este último título. Lo primero es que los apartados técnicos son inpecable, como corresponde a una gran producción de Hollywood, y las interpretaciones son correctas. Un punto a favor de la película es que describe un intervalo temporal cortísimo, menos de un día. Llama la atención este aspecto, ya que las demás cintas de la saga de magos transcurren a lo largo de meses, en los que poco a poco van sucediéndose los acontecimientos narrativos.
Esta característica hace que el film sea pura acción desde el principio. No hay prólogos explicativos, presentación de personajes, etc. Directamente te zambulle en los esfuerzos de Harry y compañía por acabar con el siniestro dominio de Lord Voldemort. Y éstos conducen a una épica lucha en el alma mater del mundo mágico de J. K .Rowlings: Hogwarts.
Entre sus puntos negativos es que esta misma apuesta del director y los guionistas por la brevedad temporal y la acción conlleva sacrificar la exposición de los motivos, sentimientos y reflexiones que mueven a los personajes a actuar de una u otra manera. A los que hemos leído los libros, no supone ninguna traba, pero el resto de los espectadores pueden llevarse la impresión de que están viendo una historia inconexa y deslabazada. Y la convencional dirección de David Yates no ayuda a arrojar luz en estos aspectos.
En resumen. un digno colofón de unas películas que, gusten o no, han marcado la primera década del siglo XXI en sus cines. No es apta para niños pequeños.
Para terminar con este post, debo decir que en el final se ha incluido una de las mejores y emocinantes frases de los libros de Harry Potter. No la reproduzco aquí, por motivos obvios, pero estoy seguro de que la identificarán fácilmente.
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