Un buen tema cinematográfico para estas vacaciones de Semana Santa: grandes inicios de películas. Aquí no tiene nada que ver la duración de la escena inicial, ni el número de planos, ni siquiera que el resto de la película esté a su altura. El principio tiene una tarea fundamental en la narración, ya sea en el cine o en la literatura, y es arrastrar el espectador a la historia que se quiera contar, que se sienta absorbido y sumergido en el universo propuesto por el narrador.
Con esta premisa, me permito hacer una lista de algunos arranques que considero especialmente virtuosos:
Con esta premisa, me permito hacer una lista de algunos arranques que considero especialmente virtuosos:
- Los cinco primeros minutos de Rio Bravo de Howard Hawks.
- La primera escena de La Guerra de las Galaxias de George Lucas.
- El desembarco en Omaha Beach y posterior secuencia de Salvar al Soldado Ryan de Steven Spielberg.
- La presentación de Al Capone y el atentado en el bar de Los Intocables de Eliott Ness de Brian de Palma.
- El entrenamiento de Clarice Starling en El Silencio de los Corderos de Jonathan Demme.
- La historia de los anillos de poder en El Señor de los Anillos: La Comunidad del Anillo de Peter Jackson.
- El combate inicial de Star Trek del 2009 de J. J. Abrams.
- El primer incendio de Llamaradas de Ron Howard.
- La llegada de los caballeros españoles a la bucólica finca donde transcurre la historia en Mucho Ruido y Pocas Nueces de Kenneth Branagh.
- El travelling que sirve de arranque a Snake Eyes de Brian de Palma.
Como es obvio, esta es una breve lista efectuada mal y pronto al pensar en este tema. Es seguro que hay muchos más principios excelentes de esos sueños plasmados en imágenes y que nos hacen tan felicas como son las películas.
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