Hoy se ha empezado a aplicar las medidas de supuesto ahorro energético que se le ha ocurrido nuestro actual gobierno, entra las que se incluye la polémica medida de la reducción del límite de velocidad a 110 km/h.
Estas propuestas ha surgido en las mentes pensantes de gobierno a raíz de la crisis libia, y en general, la inestabilidad en las zonas de producción petrolífera. Por ello, me dispongo a esclarecer si el problema de la escasez de petróleo es tan acuciante como cree el ejecutivo español.
Pues la respuesta es NO. Y ahora viene la lista de argumentos.
Las reservas actuales de petróleo están estimadas en 1594 miles de millones de barriles de petróleo. Están son las reservas del petróleo que se puede extraer con las técnicas actuales y de forma rentable. Esto es importante, ya que la introducción de nuevas técnicas de explotación, un aumento del precio del crudo, o un avance en la detección de recursos ultraprofundos puede variar esta estimación de las reservas.
De hecho, ya lo han hecho. En la cifra anterior se han incluido las reservas de petróleos superpesados de Cánada y Venezuela, procedentes de arenas bituminosas. Hace veinte años, estos depósitos no se contabilizaban ya que no existía una técnica rentable para su extracción. Pero en estos momentos, tres millones de barriles de petróleo de este origen fluyen cada día de Cánada a los EEUU, suministro que ha permitido a Cánada reemplazar a Arabí Saudí como principal exportador de petróleo a los EEUU.
Pero es que hay más. Existen enormes posibilidades en los esquistos bituminosos. Este reservorio de petróleo permanece inexplotado debido a que no se ha creado ninguna técnica viable para sacar petróleo de estos esquistos, pero siempre se puede avanzar en esa dirección. Y las cantidades de reservas en estas rocas es apabullante.
Además hay que sumar otros factores. Ya se conocen enormes reservas de crudo en los océanos y otras partes del globo, pero situadas a tal profundidad que se considera poco económico su explotación. Pero esta situación puede cambiar en cualquier momento por la evolución de la técnica y del precio del petróleo.
Y a todo lo anterior hay que sumar otros factores desligados del petróleo: la mejora en la producción de gas natural; el comienzo de la extracción de hidrato de metano de los fondos marinos, lo que supone una enorme reserva energética; el incremento en la eficiencia enérgetica (cosa que ya se ha logrado: desde 1973 hemos doblado el provecho energético que se saca de cada barril de petróleo); el desarrollo de baterías y pilas de combustible baratas y de grandes prestaciones; y la obtención de mejores biocombustibles.
Como conclusión, tenemos petróleo para rato, en sus más diversas formas. Las únicas posibilidades de desabastecimiento es por razones geopolíticas, algo que estamos experimentando en estos días.
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