No resulta sorprendente que hoy hable sobre los la festividad de los tres reyes magos, que no eran reyes, ni magos, y posiblemente no fueran tres.
Que no eran reyes es algo que se extrae del Evangelio de San Mateo, donde sólo se menciona la llegada a Israel de unos magos que buscan al rey de los judíos. Ninguna mención a su condición real.
La asignación a estos personajes por parte del Evangelio de la condición de magos es otra malinterpretación. Es seguro que el evangelista al usar esta palabra señalaba a los astrónomos/astrólogos zoroástricos que residian en los territorios de la antigua Babilonia, que en aquella época pertenecían al reino de los partos.
Estos astrólogos eran de las personas más formadas en el mundo antiguo, y su contemplación de los cielos les permitían realizar predicciones acerca de los acontecimientos futuros, según las creencias antiguas. Un grupo de ellos observó "la estrella" que anunciaba la llegada del rey de Israel al mundo, y actuaron en consecuencia.
¿Qué fue "la estrella" que vieron los magos? Existen muchas especulaciones: conjunciones astronómicas de planetas, cometas, explosión de una supernova, una combinación de varios fenómenos. Como referencia literaria sobre esta cuestión, recomiendo la lectura del cuento corto de Arthur C.Clarke "La estrella". Una demostración de que se pueden abordar temas profundos sin extenderse en demasía.
Para finalizar, el número que componían el cortejo de magos ha variado según la tradición cristiana y el lugar. En la Iglesia siriaca son doce, en otras iglesias orientales son cuatro. La cifra de tres se impuso porque tres son los presentes que entregan al niño: oro, incienso y mirra. Además, expresa de forma implícita la Santísima Trinidad. Se han usado para representar las tres edades del hombre, los tres razas de la Tierra. etc.. Siguiendo la tradición, se hallarían enterrados en la catedral de Colonia. Pero explicar como llegaron allí, es otra historia.
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