Hoy toca hablar de un tema polémico: la reforma laboral.
Hace casi un mes que el actual gobierno del Partido Popular ha puesto en marcha la iniciativa legislativa para un nuevo marco de relaciones laborales. No voy a entrar en pormenores legalistas, primero porque no soy experto, y segundo porque no quiero aburrir con una serie de datos confusos. Así que iré al grano.
El problema del mercado laboral.
Esta era una reforma previsible. La arcaica legislación sobre contratos laborales es uno de los principales motivos por los que hay 5.300.000 personas en paro, un 21 % de la población activa, y muchos de ellos sin posibilidad de encontrar empleo.
Y es que las actuales leyes vigentes con la que se sienten tan cómodos los partidos de izquierda y los sindicatos de misma índole procede de hace cuarenta años, del tardofranquismo. Un marco jurídico tan rígido que hace que ni en los tiempos de bonanza permite que el paro baje del 8,5 %, que no se cree empleo hasta que la economía no crezca un 2% del PIB, y que se destruyan empleos a mansalva en tiempos de crisis. Sin contar, por supuesto, las trabas que significa para el acceso al mercado laboral de los jóvenes o los mayores de 45 años.
No es normal que la media de paro de la Unión Europea sea en la actualidad del 10,4 % y en España sea del 21 %. Esto es debido a la estructura de nuestro mercado laboral. Y es lo que ha acometido el gobierno de Mariano Rajoy.
El modelo danés.
En esencia, ésta es una reforma muy tímida. Uno de los mejores modelos que se pueden imitar es el danés. En Dinamarca no existe indemnización por despido, y el único requisito para que un jefe se deshaga de un empleado es que lo avise con tres meses de antipicación. Después, el desempleado tiene cuatro años de paro, con un sueldo de hasta 2000 € según cotización. Pero no se puede rechazar ninguna oferta de trabajo, y durante el tiempo de desempleado tiene que realizar 8 horas de cursos y tareas de reciclaje. Resultado: en el gobierno danes tiene una gran preocupación por el 8% que han alcanzado su porcentaje de desmpleado
Y ahora la pregunta del millón. ¿si en Dinamarca funciona tan bien, por qué no se implanta en España? Pues parece ser porque nuestros políticos opinan que los españoles poseemos una anomalía genética que impide la adopción de tal sistema.
¿Por qué hasta ahora no se han dado cuenta los miembros del ejecutivo de que hay que reformar el mercado laboral?. Ya lo sabían desde hace décadas, pero siempre han tenido miedo a los sindicatos y patronal, los mal llamados agentes sociales.
Sindicatos y patronal.
En realidad, estas organizaciónes constituyen de facto sindicatos verticales mantenidos por los impuestos de todos los españoles que sólo se preocupan de mantener sus prebendas. Defienden al trabajador improductivo y apoltronado, renuente a toda innovación.
La principal razón para la oposición de los sindicatos es la pérdida efectiva de una parte considerable de su poder en materia laboral. Lo mejor de esta reforama es que supone un cambio de paradigma al cambiar el centro de la contratación al empresario en vez de a los sindicatos.
Las protestas que han empezado, con una vertiente violenta, y apoyadas por el partido socialista e Izquierda Unida, se repetirán a lo largo de las semanas. Qué torpeza han demostrado los dirigentes sindicales con su convocatoria el 11-M. Este es un signo de su sensación de impunidad y falsa superioridad moral, creyendo que su imagen va a salir indemne ante tal afrenta a las víctimas de la barbarie terrorista
Y encima, van a perder. Ya han perdido al no convocar una huelga general ahora que es cuando más podría perjudicar al PP(las elecciones andaluzas en ciernes). Ahora sólo resta diversos pataleos, aunque esto suponga violencia en las calles.
Pero todas sus revueltas serán en balde. Dentro de pocos meses, carecerán de fondos para mantener esta vía violenta. Y cuando esto ocurra, arrastrarán en su fracaso al ya de por sí tocado partido socialista. Tal vez, con la pérdida de Andalucía, por fin se disuelva este partido que ha supuesto la anquilosación de la izquierda española en las posturas más rancias y decimonónicas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario