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viernes, 24 de febrero de 2012

Crítica de cine: War Horse (Caballo de batalla).

La semana pasada fui a ver la última producción del director Steven Spielberg, War Horse(Caballo de Batalla).


Como su título indica, la película narra la historia de un caballo excepcional, Joey. Lo vemos nacer, crecer, ser entrenado por su dueño, pero sobre todo presenciamos sus visicitudes a lo largo del campo de batalla de la I Guerra Mundial.

El film ya me atrajo al ver el trailer por la belleza de las imágenes que mostraba, y en este aspecto, no te decepciona en absoluto. Es, con diferencia, la cinta más clásica de Spielberg. Muchos de sus planos podrían haber sido filmados por John Ford, Anthony Mann o William Wyler. El espectacular final recuerda los mejores momentos de"Lo que el viento se llevó" de Victor Fleming.

Como ya he dicho en el párrafo anterior, hay escenas de una belleza increíble. No puedo describirlas, a riesgo de revelar el argumento, pero una de las que ya han sido vista en el trailer, como Joey corriendo a través de las trincheras o el ambiente fantasmagórico de la tierra de nadie.

Es evidente que Joey es el protagonista principal del film. Encarna los mejores valores que poseen los seres humanos. En este sentido, el animal es humanizado, aún más destacado en un mundo deshumanizado por la guerra. Su lealtad, esfuerzo, obediencia, fuerza, su ejemplaridad suponen un brillo de esperanza para las personas que se encuentran con él. En este sentido, estamos ante una fábula en toda la puridad del término: cuento protagonizado por animales humanizados que quiere transmitir enseñanzas profudas sobre la vida.

Otro de los temas tratados en la película son las relaciones familiares. El dueño de Joey, tiene que demostrar la valía del caballo a sus progenitores, sobre todo a su padre, hombre impulsivo y marcado física y mentalmente por su participación en la guerra de los boers. También lo vemos estas conexiones en los hermanos germanos y la niña y el abuelo que pasan por la vida de Joey.

La factura técnica es simplemente impresionante. A destacar la hermosa fotografía de Janusz Kaminski y la vibrante partitura de John Williams. La mano de Spielberg se nota en los planos en diagonal con un ligero picado, en el que vemos todos los elementos dramáticos de la escena que se desarrolla.

Para concluir, War Horse no es el mejor título de Spielberg, ni siquiera es uno de los mejores. Le falta cierto ritmo y un guión más trabajado. Esto provoca un cierto distanciamiento del espectador respecto a lo que aparece en pantalla. Es decir, no consigue sumergirte en la narración. Siempre eres consciente de que estás viento una fábula. Pero, claro, una película regular de un genio como Spielberg es el Everesr para la inmensa mayoría de los cineastas.

Ésta es una historia preciosista y sentimental, que apelan a nuestros sentimientos más conmovedores y profundos. A aquellos que les desagraden esta forma de tratar la realidad por considerarla ñoña y cursi, que no la vean. Los demás disfrutarán de una maravillosa y bella película. 


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