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lunes, 7 de noviembre de 2011

La campaña electoral y el debate.

Si vives en España, y no tienes la cabeza bajo tierra, lo más probrable es que sepas que estamos en plena campaña electoral. Empezó el pasado viernes 4 de noviembre, y culmina con las elecciones el 20-N.

Las campañas electorales son en realidad un ejercicio fútil. Los ciudadanos normalmente ya tienen decidido su voto de antemano, y sólo circunstancias extraordinarias modifican su opinión a última hora(ejemplo: el atentado del 11-M de 2004).

Aún más inútil es la concepción clásica de la campaña: carteles, pasquines, reparto de programas, mítines, etc. No creo que nadie se lea los programas de todos los partidos que se presentan y, después de un ponderado análisis, elija al que crea que mejor le va a representar.

Todo lo que he escrito lo saben los políticos y sus asesores. ¿Por qué insisten entonces en la realización de estas campañas?. Pues primero por pura inercia, es decir, como se ha hecho siempre lo mismo, por tanto vamos a continuar. Y segundo, porque en la actualidad la propaganda política esta más cercana a las estrategias publicitarias. Esto ha transformado las campañas en ejercicios de marketing en que se intenta vender un producto.

Es por ello que en vez de presentar proyectos, valores e ideas, los técnicos de los partidos insisten en que hay que vender sensaciones, imagen, identificación. Como decían en "El presidente y Miss Wade", si hubiera habido televisión, EEUU no hubiera elegido a un presidente en silla de ruedas(Franklin Delano Roosevelt).

Así que ahora tenemos colores representativos, siglas y canciones pegadizas, fotos con Photoshop, en vez de confrontación de planes de gobierno, valía moral e intelectual de los candidatos y debate abierto de ideas. 

Esa es otra, en estos momentos se está produciendo el único debate de la campaña entre el candidato de Partido Popular, Mariano Rajoy, y el candidato del PSOE, Alfredo Pérez-Rubalcaba. Un debate encorsetado, sin preguntas, que no tiene el más mínimo interés. Yo confieso que no lo pienso ver en protesta. 

Por otro lado, los debates apenas mueven un 1% del voto, que en otros modelos electorales(muy favorables a las mayorías) y en circunstancias más disputadas sería importante, pero en esta campaña en concreto, no.

Una queja frecuente en los debates es que sólo participan los candidatos del PP y el PSOE, pero es lógico. La inclusión de más candidatos haría impracticable cualquier discurso. Además, es la constatación de la realidad de las democracias: con el tiempo, aparecen dos partidos hegomónicos respecto al resto. Es por ello que siempre he defendido un sistema electoral en que los representantes públicos se sientan personalmente responsables de sus actos respecto a sus representados. Así no dependen de la voluntad de sus direcciones nacionales.

Las elecciones se celebran en menos de dos semanas. Y yo estaré de interventor durante todo el día 20 en las mesas electorales.  



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