Con esta entrada pretendo acabar mi serie acerca de la teoría M, ahora tan en boga gracias al libro de Stephen Hawkins "El gran diseño".
Había quedado explicando los aspectos esenciales de la teoría de cuerdas y su estado de evolución a finales de los ochenta del siglo pasado, en que se llegó a un callejón sin salida. Pero a principios de los noventa surgió la teoría de las supercuerdas.
Esta teoría pretendía aunar las cinco teorías existentes de cuerdas, y reducirla a una única teoría. Entre sus novedades estaban:
- En esta teoría, el universo no poseía diez, sino once.
- Las cuerdas, que en la anterior teoría de cuerdas eran elementos unidimensionales de energía, podian tener dos o más dimensiones, y ser gigantescas, del tamaño del universo. De ahí que se empezasen a llamar M-branas(así se diferencian de las membranas, que son objetos de dos dimensiones). De ahí el nombre de teoría M.
- Otra faceta de la teoría es que nuestro universo fuera en realidad una M-brana de tres dimensiones incluido en una M-brana de más dimensiones, que tendría más M-branas (universos) paralelas al nuestro. Una imagen para explicarlo: es como si la M-brana de más dimensiones fuera un pan de molde, y cada rodaja fuera un universo.
Actualmente esta teoría se ha visto superada por las aportaciones de los físicos teóricos, con lo que la M ahora hace referencia a otros conceptos como maestro, milagro o misterio, ninguno lo sabe con certeza. Como se ve, la situación no parece muy halagüeña para la pronta consecución de una Teoría del Todo.
No sólo eso, sino que la teoría M sigue siendo no falsable, es decir, no hace predicciones que puedan comprobarse con experimentos, por lo que los físicos se están adentrando peligrosamente en las enfangadas aguas de la especulación filósofica.
Para más información, ved la serie "El Universo Elegante" de Brian Greene, que explica todos estos temas mejor y con magníficas animaciones y ejemplos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario