La falta de respuesta de Corea del Sur no se debe a una postura pacisfista. Responde a las circusntancias estratégicas especiales que requiere el conflicto coreano. Estas circunstancias son:
1º Nadie duda de cual sería el resultado actual de una guerrra entre las dos Coreas: la derrota total del Corea del Norte.
2º A pesar de esta certeza, Corea de Sur es renuente a la acción armada. ¿Por qué?. Debido al tremendo coste que podría suponer una guerra abierta. Esta preocupación es legítima porque:
a) Corea del Sur, para evitar que la frontera norte se despoblase, creó incentivos para el asentamiento de personas e industrias en esa zona. El resultado es que una gran población surcoreana se encuentra a menos de treinta y cinco kilómetros del paralelo 38º, al alcance de las miles de piezas de artillería que Corea del Norte tiene en su red de túneles. Incluso con las actuales bombas termobáricas, llevaría tiempo acabar con ellas, y en ese tiempo pueden causar estragos.
b) Corea del Norte posee, según estimaciones, hasta diez armas nucleares. Además dispone de misiles que pueden alcanzar al Japón, Taiwan, incluso Filipinas y Guam. Aunque la posibilidad de uso de tales armas es improbable, por las terribles represalias que traerían, lo mejor sería no tentar a la suerte.
c) Una de los resultados de la guerra es que supondría el desmoronamiento del las autorirades norcoreanas, y se teme, sobre todo por parte de China, un éxodo masivo de norcoreanos desesperados hacia ambas fronteras. Esto causaría una crisis de atención humantaria al intentar satisfacer las necesidades de millones de refugiados.
3º Aunque es una escenario muy poco probable, existe el panorama de una intervención de China a favor de Corea del Norte. No en términos militares, pero sí en forma de ayuda económica y militar, o mediante presiones en el ámbito internacional.
Para terminar este análisis de la situación en la península de Corea he de decir que veo pocos escenarios halagüeños. Lo mejor que podría pasar es un golpe interno en Corea del Norte que sustituyera al actual y que forzara una transición a la libertad. Más realista es contemplar que ese nuevo gobierno por lo menos fuera menos agresivo que el de Kim Jong-Il. Pero la perspectiva de una guerra como resultado final es muy pausible. Espero que no se les ocurra a los coreanos del norte atacar a la flota conjunta de Corea del Sur, Estados Unidos y Japón que realiza maniobras en el mar Amarillo. Sería una hecatombe.
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